Lunes 16 de enero de 2017
El primer reto es el de ordenar, fotografiar, titular, medir, catalogar y almacenar debidamente las obras artísticas que están en mi poder para poder enseñarlas a los demás.
El segundo, que he empezado hoy, es el de redactar mi Currículum Artístico.
De ello quería hablar en mi primer artículo de esta nueva página.
EL CURRÍCULUM ARTÍSTICO
Lo primero que hay que hacer es consultar en internet el tema para saber que esperan los demás cuando consultan tu currículum. Si quieres vender arte hay que explicar claramente tus intenciones, pues si no lo haces corres el riesgo de que nadie se plantee pagarte por tener una de tus obras.
Al principio no es tan importante porque el hecho de dedicar tu tiempo a hacer lo que más te gusta te parece un regalo por el que estas dispuesta a no mirar el beneficio económico. Compras materiales, pagas por espacios para poder trabajar en lo que te interesa, aprendes todo lo que puedes de los que saben más, lees, investigas, prestas tus obras para exponerlas sin preocuparte de mucho más, vives, trabajas, tienes una familia, amigos, relaciones, gente, gente, gente…
Así que si quieres empezar a vender tus obras a gente que no te conoce de nada tienes que explicarles tu vida artística para que puedan interpretarte.
Como nunca lo he hecho y tengo ya una edad, necesito tiempo para reconstruir con el apoyo de mi memoria un relato biográfico de mi trayectoria artística: fotografía, diseño, manufacturas artísticas en cuero, pintura al óleo y poesía.
Fotografía de la Sierra de Gredos realizada desde Oropesa (Toledo) en el año 2014.
LA CREATIVIDAD
Martes 17 de enero de 2017 (17-I-17)
"El auténtico arte surge a partir de una impetuosa necesidad creativa del artista" (Albert Einstein)
He encontrado esta cita, que a saber si lo dijo Einstein, pero que me sirve para empezar el artículo que quiero escribir hoy sobre mi "impetuosa necesidad creativa". Al fin y al cabo esa es casi la única cualidad imprescindible para ser una creadora. Y si creas algo lo quieres compartir con los demás. Por eso cuando era niña y venía alguien a casa corría a enseñarle mis creaciones, mis muñecos de trapo, los dibujos, o las construcciones que hacía con los bloques, los actuales Lego, y que fueron mi juego favorito durante toda la segunda infancia.
En aquellos tiempos la marca de los bloques de construcción era Exin Blok Arquitectura, después fueron los Exin Castillos y hoy tenemos los Lego, que nos los presentan como proyectos de construcción y no como materia prima para construir, que es su lado más interesante.
Tanto me aficioné que pedí dos veces el mismo juego en reyes porque necesitaba más materia prima para mis construcciones.
Recuerdo que me gustaba diseñar escenarios inspirada por los platós de televisión y cuando terminaba ponía encima a diversos personajes para que actuaran. Utilizaba dos pequeñas piezas con forma de cubo con una tapadera roja:
Así era como yo pasaba horas y horas en mi infancia, inventando lugares, personajes e historias.
Miércoles 18 de enero de 2017
Mi padre trabajaba en una gran empresa, que ahora es del Ibex, desde los 18 años, pero siempre quiso ser fotógrafo y tenía cámara y una ampliadora para hacer los positivos. Aprendía el oficio de forma autodidacta. Realizaba algunos trabajos ocasionales para amigos o conocidos y muchas fotografías de la vida familiar. A los 16 años comenzó a enseñarme el oficio y a los 20, cuando me independicé de mi familia, me regaló su vieja ampliadora.
VELASCO
FOTOGRAFÍA A DOMICILIO - ESPECIALIDAD EN NIÑOS -
REPORTAJES - BODAS Y BAUTIZOS
Autor: mi padre
Fecha: verano de 1958
Lugar: balcón de la pensión donde viví hasta los seis meses de edad, en la calle San Pau, Barcelona.
Autor: mi padre
Fecha: 1961
Lugar: domicilio familiar en Madrid
Jueves 19 de enero de 2017
Jugar era para mí lo más grande. Significaba que tenía libertad para hacer algo diferente de lo que me obligaban. Podía descubrir, inventar y comunicarme con los demás niños y niñas.
Otro juego que practiqué durante un tiempo era diseñar nuevos trajes para las muñecas "recortables". Les hacía equipos de esquiadora, de buzo, y de otras actividades que a mí me parecían interesantes. Alguna vez me juntaba con otras niñas en la calle y jugábamos a cambiarles los trajes y a hablar como si fuéramos nuestras muñecas.
Ya desde pequeña era lo que se dice feminista. Consideraba que las mujeres podíamos hacer las mismas cosas que los hombres. Utilizaba los juguetes femeninos para ejercer libertades masculinas, o en otros casos me apropiaba de los juegos de los chicos que estaban a mi alcance, como por ejemplo coleccionar y jugar a las chapas con los niños de mi calle y con mi hermano. También aprendí a montar en bicicleta cuando mi hermano "heredó" un Velo Solex viejo de mi padre al que le quitó el motorcillo.
Yo también tuve mi herencia, el tocadiscos viejo de mis padres, que pude instalar en mi habitación para escuchar mi música, unas cincuenta canciones que oía una y otra vez y algunas otras de discos que me prestaban. Me gustaba mucho cantar e intenté formar parte del coro del instituto, pero afinaba muy mal y en esos tiempos había que llegar aprendido, que los profesores de instituto no estaban para enseñar, sino para llevar a los niños dotados a la excelencia.
Hice el bachillerato, aunque casi que no ya que mi padre me propuso con 14 años entrar a trabajar en la misma empresa en la que él estaba, como "mensajera" o "botones". Yo le dije que quería estudiar y afortunadamente respetó mi voluntad y pude estudiare Bachillerato Superior y COU. Aprobé la Selectividad en 1975 y me matriculé en Periodismo, en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Dos meses después de empezar las clases murió Franco. Tenía 17 años y comenzaba La Transición.
Mi tiempo me hizo y me sigue haciendo. Ser mujer, sentirme artista, nacer durante la Dictadura de Franco y vivir mi juventud en el Madrid de la Movida Madrileña hasta noviembre de 1982 son hechos que ayudan a entender mi trayectoria artística y vital.
Lo que quiero enseñar en este blog son algunas obras realizadas en un período de más de treinta años. He escrito una lista de etiquetas para las imágenes que vaya añadiendo en la página principal.
ETIQUETAS
Óleo sobre lienzo, cartón, papel.
Pasteles sobre papel.
Rotulador, lápices sobre papel
Cuero moldeado / recortado / pigmentado
Fotografía digital
Fotografía analógica
Fotografía tratada digitalmente
Dibujos con programas de ordenador
Viernes 20 de enero de 2017
Mis primeras fotografías eran de dos tipos, unas documentaban la ciudad, sus calles y sus gentes, y otras eran imágenes de estudio, de bodegones que componía con lo que tenía a mano o selfis donde aparecía yo un poco disfrazada interpretando alguna situación. Había aprendido algunos trucos como por ejemplo tomar dos imágenes en el mismo negativo, solarizar una imagen, virar a sepia, dar aspecto de dibujo a una fotografía, hacer copias a gran tamaño, mezclar dos negativos en un positivo, pintar las fotografías…
En otoño de 1980 mi pareja con la que convivía y con la que tenía montado el laboratorio y a la que transmití todo lo que mi padre me había enseñado a mí me echó a la calle y yo me fui. Perdí todo, negativos, equipo de fotografiar, laboratorio, casa, libros, papeles, recuerdos, muebles, todo.
Tenía 22 años y estudiaba tercero de Magisterio.
Un compañero de clase me ayudó a encontrar una habitación en una buhardilla de un edificio antiguo del barrio de Malasaña, en Madrid. Vendiendo pendientes que fabricaba yo, en el Rastro de Madrid o en la Plaza Santa Ana, iba sacando algo para poder vivir y terminar el curso que me faltaba para ser maestra de educación primaria.
A finales de 1982, con mi pequeño puesto de artesanía y mis alicates, me fui a vivir a la Costa del Sol. Allí conocí la luz del mar en invierno, y pude disfrutar de una vida sosegada lejos del Madrid de La Movida y la Transición. Unos meses después de irme de Madrid un amigo falleció en el incendio de Alcalá 20. Madrid me Mata no solo fue una revista, era una verdad para muchos jóvenes en esos tiempos convulsos.
Muchos han sido los pintores impresionados con la belleza de Nerja y Frigiliana, las Sierras de Tejeda y la Almijara o los acantilados de Maro. En la época en la que yo llegué vivían por allí algunos , otros pasaban largas temporadas y otros, los más jóvenes, iniciaban su carrera, como era el caso de Rogelio López Cuenca , nacido en Nerja.
En las afueras de Nerja tuvo una casa en la que pasaba temporadas José Guerrero. La casa sigue ahí, pero el campo que la rodeaba ahora es una autovía.
A Jordi Teixidor llegue a conocerle de vista, y vi alguna obra suya colgada en una casa antigua de la calle Carabeo. La vivienda estaba rehabilitada con mucho gusto, destacando cada detalle de su primitiva construcción, con paredes blancas luminosas que contrastaban con la modernidad y el color del lienzo.
En enero de 2011 el Gobierno de Andalucía acordó inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de Monumento, la Casa Rudofsky en Frigiliana (Málaga). En 1989, veintidós años antes, y uno después de la muerte de su autor, estuve visitando el exterior y recorriendo los bancales arriba y abajo, entre vigas y pilares, sorprendiéndome con los rincones que encontraba, en los que la vegetación del lugar se mezclaba con la construcción.
Sábado 21 de enero de 2017
La visita al estudio de Sorensen
Nació en Copenhague (Dinamarca) en 1932, Arne Haugen Sorensen ha vivido en Francia y España.«En París aprendí que las ambiciones no tienen límites. Conocí a Antonio Saura y a Eduardo Arroyo. Descubrí la pintura y decidí ser artista», dice.
Enlace al reportaje de Eugenio Cabezas. Diario Sur Málaga
Conocí el taller de Arne Haugen Sorensen en 1989.
En Nerja aprendí que ser artista es lo único que me había interesado siempre y que yo quería tener un taller para poder hacer cuadros enormes como los que hacía Sorensen. Mientras dibujaba con lápices y ceras, que era el único material que me podía permitir, colorearaba con diversos pigmentos el cuero de las máscaras que diseñaba. Utilizaba tintas, laca de bombilla y goma laca, principalmente. Algunas las decoraba con plumas, telas, puntillas, retales de pieles y cañas.
Al principio pegaba cada pieza en un cartón duro que luego tenía que recortar con la forma de la pieza. Más tarde empecé a mezclar el agua con un producto que conseguía fijar la forma y no necesitaban el cartón.
Dejé de fabricar máscaras en serie en 1992 ya que solo hacía las que el mercado demandaba y sentía cada vez menos libertad para experimentar nuevas formas.
Pensaba que la pintura me daba más libertad para trabajar porque los artistas no son decoradores, son personas que necesitan expresarse en sus obras sin tomar en cuenta los deseos del mercado.
Llevaba dos años pintando con óleos y en formatos grandes. Estaba entusiasmada con lo que me salía de las manos. Cada mancha y cada línea tomaban vida. Las paredes de mi casa empezaron a poblarse de seres desconocidos, personajes que habían viajado hasta mis manos y que me invitaban a conocerlos cuando mi mirada se cruzaba con ellos.
Esta obra creo que refleja lo que digo. En 2014 hice la parte de cuero y en 2015 terminé pintando con pasteles.
Podría titularse "La pintora mira su obra después de pintarla"
Domingo 22 de enero de 2017
Llevo tres horas haciendo fotos de dibujos antiguos, algunos de 1987, y estoy tan cansada como si estuviera haciendo una mudanza. Unos pocos incluso los he firmado ahora, otros necesitaban una mano de fijador. Ni siquiera he visto el resultado todavía. Espero que a lo largo del día tenga tiempo para sacar los primeros en la página principal del blog.
Viernes 27 de enero de 2017
Arte Machista y Arte Feminista
Cuando hablan de arte feminista me pregunto a qué se quieren referir. Me parecería absurdo decir que una obra de arte hecha por una feminista es arte feminista. Tel vez habría que decir, para hablar con propiedad, que cualquier arte hecho por una mujer es arte feminista. Porque las mujeres que hacen arte son todas activistas del movimiento de emancipación de las mujeres. Que una mujer haga arte y lo haga público es siempre una conquista social para la lucha de las mujeres por la igualdad. Así que yo me atrevería a decir que cualquier mujer que se exprese a través del arte en el espacio público es una activista del feminismo.
¿Que pintoras españolas modernas podía yo tener como referencia hace tres décadas?
Ninguna tan famosa como Picasso, Miró o Dalí, los tres tótem del siglo XX. La única pintora que destacaba a ese nivel era la mejicana Frida Kalho, que ahora brilla con luz propia, pero que durante años siempre llevaba la coletilla de "esposa de Diego Rivera".
Cuando vi por primera vez la obra de Maruja Mallo expuesta en el Museo Reina Sofía de Madrid me produjo gran impacto descubrirla. Para mí era igual de buena que Picasso, por poner un ejemplo, y sin embargo nadie, nunca, hablaba de ella. Y lo más alucinante es que entonces todavía estaba viva y no se le hacía ni caso. Así es como el mundo del arte hecho por hombres ha contraído, a lo largo de los siglos, una deuda histórica con el mundo del arte hecho por las mujeres: silenciando y ninguneando a las mujeres con talento o con genio.
En el presente tenemos a una gran artista de origen español, una contemporánea. Cuando la descubrí hace unos meses me sentí feliz. Era mujer y era española. Desde entonces la sigo y disfruto con todo lo que nos muestra: Lita Cabellut
En las mujeres pintoras encuentro una representación de la mujer rica en matices y generalmente extensa y variada. Los hombres pintores han representado a otros hombres de casi todas las formas posibles, que alguna faltará todavía. Es necesario que las mujeres pintoras nos muestren a las mujeres como ellas las ven, no como las ven sus colegas hombres. La diversidad del universo de las mujeres visto por las propias mujeres es lo que le falta al arte hecho por hombres para que el arte se pueda considerar universal.
Viernes 3 de febrero de 2017
Hoy voy a recordar a mi tatarabuela cordobesa, Rosario Vázquez Angulo.
Hasta que no heredé unos papeles de mi familia no supe, de manera casual, que tenía una tatarabuela poeta reconocida en su tiempo. Hoy tiene una calle dedicada en la ciudad que la vio nacer, vivir, sufrir y morir.
En su cara reconozco a mi abuelo, que era su nieto, y que también escribía poesías para conjurar el dolor y para estrujar la vida llevando una doble vida: la de esforzado y trabajador padre de familia y la de hombre de letras, sensible, tierno, reflexivo, apasionado y enamorado de la lengua.
Rosario Vázquez Angulo murió en 1915, ciega y sorda. Por sus últimas poesías imagino que sentía lo mismo que Teresa de Jesús cuando decía, "vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero que muero porque no muero". Su vida fue difícil y ejemplar. Casi un siglo tardaron los cordobeses en poner su nombre a una calle, tal como habían decidido cuando murió, por ser una "poetisa" y escritora destacada en su tiempo.
Cuando descubrí unas viejas fotocopias de artículos de prensa recortados y leí lo que contenían no podía ni imaginar por qué nunca me lo habían contado, por qué en mi familia no se hablaba de ella, por qué el silencio ocupó el lugar de su memoria.
Hice un viaje a Córdoba para conocer la ciudad y para buscar su rastro. Estuve en la calle que la vio nacer y morir. Caminé hasta el Ayuntamiento con la idea de preguntar y me quedé muy impresionada con las columnas romanas que había en la puerta.
Me sentía insignificante y lo peor, me parecía que no me iban a prestar la menor atención porque me presentaba allí de repente, ochenta años después de la muerte de mi tatarabuela, a ver algunos de sus manuscritos custodiados por el Ayuntamiento, que según había podido leer en un artículo de prensa, estaban en sus archivos. No me presentaba como investigadora con credenciales. Era una simple tataranieta preguntando por su tatarabuela.
Ni siquiera entré. Me quedé con mi historia guardada en el corazón y pensé que tendría que presentarme como una estudiosa del tema para que me hicieran caso.
Años después una investigadora, Rafaela Sánchez Cano, se propuso rescatarla del olvido y en 2009 publicó un libro sobre ella:
En el año 2015, año del centenario de su muerte, algunos descendientes ampliaron el trabajo de Rafaela recuperando lo que guardaban en los cajones y en el archivo de la memoria de la familia.
Rueda la mano por la luz
de la misma estrella
que todos los siglos alumbra
a la misma poeta. Aquella
de los versos callados.
La que abrió el silencio
y descorchó el pensamiento.
Escarbó en la tierra
y sacó mil sueños.
La que traza el plano de la alegría
con tintas dulces y agua,
con caracoles azules,
con piedras pequeñas, con claveles
y algunas veces pone
nubes en trozos,
pedazos de tierra,
montañas,
lluvias,
colores,
Viernes 20 de enero de 2017
Mis primeras fotografías eran de dos tipos, unas documentaban la ciudad, sus calles y sus gentes, y otras eran imágenes de estudio, de bodegones que componía con lo que tenía a mano o selfis donde aparecía yo un poco disfrazada interpretando alguna situación. Había aprendido algunos trucos como por ejemplo tomar dos imágenes en el mismo negativo, solarizar una imagen, virar a sepia, dar aspecto de dibujo a una fotografía, hacer copias a gran tamaño, mezclar dos negativos en un positivo, pintar las fotografías…
En otoño de 1980 mi pareja con la que convivía y con la que tenía montado el laboratorio y a la que transmití todo lo que mi padre me había enseñado a mí me echó a la calle y yo me fui. Perdí todo, negativos, equipo de fotografiar, laboratorio, casa, libros, papeles, recuerdos, muebles, todo.
Tenía 22 años y estudiaba tercero de Magisterio.
Un compañero de clase me ayudó a encontrar una habitación en una buhardilla de un edificio antiguo del barrio de Malasaña, en Madrid. Vendiendo pendientes que fabricaba yo, en el Rastro de Madrid o en la Plaza Santa Ana, iba sacando algo para poder vivir y terminar el curso que me faltaba para ser maestra de educación primaria.
A finales de 1982, con mi pequeño puesto de artesanía y mis alicates, me fui a vivir a la Costa del Sol. Allí conocí la luz del mar en invierno, y pude disfrutar de una vida sosegada lejos del Madrid de La Movida y la Transición. Unos meses después de irme de Madrid un amigo falleció en el incendio de Alcalá 20. Madrid me Mata no solo fue una revista, era una verdad para muchos jóvenes en esos tiempos convulsos.
Muchos han sido los pintores impresionados con la belleza de Nerja y Frigiliana, las Sierras de Tejeda y la Almijara o los acantilados de Maro. En la época en la que yo llegué vivían por allí algunos , otros pasaban largas temporadas y otros, los más jóvenes, iniciaban su carrera, como era el caso de Rogelio López Cuenca , nacido en Nerja.
En las afueras de Nerja tuvo una casa en la que pasaba temporadas José Guerrero. La casa sigue ahí, pero el campo que la rodeaba ahora es una autovía.
A Jordi Teixidor llegue a conocerle de vista, y vi alguna obra suya colgada en una casa antigua de la calle Carabeo. La vivienda estaba rehabilitada con mucho gusto, destacando cada detalle de su primitiva construcción, con paredes blancas luminosas que contrastaban con la modernidad y el color del lienzo.
En enero de 2011 el Gobierno de Andalucía acordó inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de Monumento, la Casa Rudofsky en Frigiliana (Málaga). En 1989, veintidós años antes, y uno después de la muerte de su autor, estuve visitando el exterior y recorriendo los bancales arriba y abajo, entre vigas y pilares, sorprendiéndome con los rincones que encontraba, en los que la vegetación del lugar se mezclaba con la construcción.
Bernard Rudofsky. Desobediencia crítica a la modernidad
Vivía de vender artesanía y en el año 1987 empecé a producir máscaras de cuero policromadas. También fabricaba broches, collares, pendientes y pulseras con la misma técnica, pero las máscaras triunfaron. Fui mejorando el proceso, investigando con diferentes productos, con diferentes moldes, pidiendo la colaboración de amigos y amigas que sabían trabajar el barro y me hacían nuevos moldes, buscando en tiendas y fábricas figuras de escayola, reproduciendo moldes con látex y probando diferentes materiales para decorarlas. Durante cinco años me dediqué a hacer todo tipo de máscaras con cuero y a venderlas. Como cada vez vendía más intenté que otros artesanos que sabían pintar me ayudaran a producirlas, pero no salían igual aunque les explicara todo el procedimiento. Al final me convencí de que solo yo podía hacerlas como yo las hacía.
La visita al estudio de Sorensen
Nació en Copenhague (Dinamarca) en 1932, Arne Haugen Sorensen ha vivido en Francia y España.«En París aprendí que las ambiciones no tienen límites. Conocí a Antonio Saura y a Eduardo Arroyo. Descubrí la pintura y decidí ser artista», dice.
Enlace al reportaje de Eugenio Cabezas. Diario Sur Málaga
Conocí el taller de Arne Haugen Sorensen en 1989.
En Nerja aprendí que ser artista es lo único que me había interesado siempre y que yo quería tener un taller para poder hacer cuadros enormes como los que hacía Sorensen. Mientras dibujaba con lápices y ceras, que era el único material que me podía permitir, colorearaba con diversos pigmentos el cuero de las máscaras que diseñaba. Utilizaba tintas, laca de bombilla y goma laca, principalmente. Algunas las decoraba con plumas, telas, puntillas, retales de pieles y cañas.
Al principio pegaba cada pieza en un cartón duro que luego tenía que recortar con la forma de la pieza. Más tarde empecé a mezclar el agua con un producto que conseguía fijar la forma y no necesitaban el cartón.
Dejé de fabricar máscaras en serie en 1992 ya que solo hacía las que el mercado demandaba y sentía cada vez menos libertad para experimentar nuevas formas.
Pensaba que la pintura me daba más libertad para trabajar porque los artistas no son decoradores, son personas que necesitan expresarse en sus obras sin tomar en cuenta los deseos del mercado.
Llevaba dos años pintando con óleos y en formatos grandes. Estaba entusiasmada con lo que me salía de las manos. Cada mancha y cada línea tomaban vida. Las paredes de mi casa empezaron a poblarse de seres desconocidos, personajes que habían viajado hasta mis manos y que me invitaban a conocerlos cuando mi mirada se cruzaba con ellos.
Esta obra creo que refleja lo que digo. En 2014 hice la parte de cuero y en 2015 terminé pintando con pasteles.
Podría titularse "La pintora mira su obra después de pintarla"
Domingo 22 de enero de 2017
Llevo tres horas haciendo fotos de dibujos antiguos, algunos de 1987, y estoy tan cansada como si estuviera haciendo una mudanza. Unos pocos incluso los he firmado ahora, otros necesitaban una mano de fijador. Ni siquiera he visto el resultado todavía. Espero que a lo largo del día tenga tiempo para sacar los primeros en la página principal del blog.
Viernes 27 de enero de 2017
Arte Machista y Arte Feminista
Cuando hablan de arte feminista me pregunto a qué se quieren referir. Me parecería absurdo decir que una obra de arte hecha por una feminista es arte feminista. Tel vez habría que decir, para hablar con propiedad, que cualquier arte hecho por una mujer es arte feminista. Porque las mujeres que hacen arte son todas activistas del movimiento de emancipación de las mujeres. Que una mujer haga arte y lo haga público es siempre una conquista social para la lucha de las mujeres por la igualdad. Así que yo me atrevería a decir que cualquier mujer que se exprese a través del arte en el espacio público es una activista del feminismo.
¿Que pintoras españolas modernas podía yo tener como referencia hace tres décadas?
Ninguna tan famosa como Picasso, Miró o Dalí, los tres tótem del siglo XX. La única pintora que destacaba a ese nivel era la mejicana Frida Kalho, que ahora brilla con luz propia, pero que durante años siempre llevaba la coletilla de "esposa de Diego Rivera".
Cuando vi por primera vez la obra de Maruja Mallo expuesta en el Museo Reina Sofía de Madrid me produjo gran impacto descubrirla. Para mí era igual de buena que Picasso, por poner un ejemplo, y sin embargo nadie, nunca, hablaba de ella. Y lo más alucinante es que entonces todavía estaba viva y no se le hacía ni caso. Así es como el mundo del arte hecho por hombres ha contraído, a lo largo de los siglos, una deuda histórica con el mundo del arte hecho por las mujeres: silenciando y ninguneando a las mujeres con talento o con genio.
En el presente tenemos a una gran artista de origen español, una contemporánea. Cuando la descubrí hace unos meses me sentí feliz. Era mujer y era española. Desde entonces la sigo y disfruto con todo lo que nos muestra: Lita Cabellut
En las mujeres pintoras encuentro una representación de la mujer rica en matices y generalmente extensa y variada. Los hombres pintores han representado a otros hombres de casi todas las formas posibles, que alguna faltará todavía. Es necesario que las mujeres pintoras nos muestren a las mujeres como ellas las ven, no como las ven sus colegas hombres. La diversidad del universo de las mujeres visto por las propias mujeres es lo que le falta al arte hecho por hombres para que el arte se pueda considerar universal.
Viernes 3 de febrero de 2017
Hoy voy a recordar a mi tatarabuela cordobesa, Rosario Vázquez Angulo.
Hasta que no heredé unos papeles de mi familia no supe, de manera casual, que tenía una tatarabuela poeta reconocida en su tiempo. Hoy tiene una calle dedicada en la ciudad que la vio nacer, vivir, sufrir y morir.
En su cara reconozco a mi abuelo, que era su nieto, y que también escribía poesías para conjurar el dolor y para estrujar la vida llevando una doble vida: la de esforzado y trabajador padre de familia y la de hombre de letras, sensible, tierno, reflexivo, apasionado y enamorado de la lengua.
Rosario Vázquez Angulo murió en 1915, ciega y sorda. Por sus últimas poesías imagino que sentía lo mismo que Teresa de Jesús cuando decía, "vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero que muero porque no muero". Su vida fue difícil y ejemplar. Casi un siglo tardaron los cordobeses en poner su nombre a una calle, tal como habían decidido cuando murió, por ser una "poetisa" y escritora destacada en su tiempo.
Cuando descubrí unas viejas fotocopias de artículos de prensa recortados y leí lo que contenían no podía ni imaginar por qué nunca me lo habían contado, por qué en mi familia no se hablaba de ella, por qué el silencio ocupó el lugar de su memoria.
Hice un viaje a Córdoba para conocer la ciudad y para buscar su rastro. Estuve en la calle que la vio nacer y morir. Caminé hasta el Ayuntamiento con la idea de preguntar y me quedé muy impresionada con las columnas romanas que había en la puerta.
Me sentía insignificante y lo peor, me parecía que no me iban a prestar la menor atención porque me presentaba allí de repente, ochenta años después de la muerte de mi tatarabuela, a ver algunos de sus manuscritos custodiados por el Ayuntamiento, que según había podido leer en un artículo de prensa, estaban en sus archivos. No me presentaba como investigadora con credenciales. Era una simple tataranieta preguntando por su tatarabuela.
Ni siquiera entré. Me quedé con mi historia guardada en el corazón y pensé que tendría que presentarme como una estudiosa del tema para que me hicieran caso.
Años después una investigadora, Rafaela Sánchez Cano, se propuso rescatarla del olvido y en 2009 publicó un libro sobre ella:
Primera edición: 2009
Ediciones de La Posada - Colección Albolafia
Ayuntamiento de Córdoba - Delegación de Cultura
www.ayuncordoba.es - E-mail: publicaciones.cultura@ayuncordoba.es
Depósito Legal: CO-00000-2009
Imprime: Árte Digital Sur, S.L. - 957 325 197 - Córdoba
En el año 2015, año del centenario de su muerte, algunos descendientes ampliaron el trabajo de Rafaela recuperando lo que guardaban en los cajones y en el archivo de la memoria de la familia.
VIDA Y OBRA DE ROSARIO VÁZQUEZ ANGULO
RECUPERADA PARA LA HISTORIA POR
RAFAELA SÁNCHEZ CANO
Y SUS BISNIETOS
RAFAEL POLO ALFARO Y ANTONIO GÓMEZ ALFARO
1834-1915
Edita: TROQUEL
Dirigen la obra: Carmen de Silva Velasco y Antonio Gómez Alfaro
Maquetación: José Antonio Salcedo
Fruto de todo aquél deseo por traer al presente a mi tatarabuela, de mi admiración tras saber de su vida y leer alguna poesía suya, tuve mi recompensa.
A veces escribo poesías como quien hace un guiso. Es algo que me sale solo cuando me pongo. Cosas de familia. También escribo blogs desde hace años y mi tía (otra escritora poeta), Carmen de Silva Velasco, a la que no veía desde hace años, me dejó un comentario para que contactara con ella. Había leído alguna poesía en los blog y me comentó si quería incluir una en una separata que se iba a publicar junto a un libro conmemorativo a cargo de la familia, que habían estado reuniendo el material que conservaban.
Claro que sí, contesté. Hacía unos años que había escrito un poema pensando en ella. Y se publicó.
POETA
Carmen Velasco Román (tataranieta)
de la misma estrella
que todos los siglos alumbra
a la misma poeta. Aquella
de los versos callados.
La que abrió el silencio
y descorchó el pensamiento.
Escarbó en la tierra
y sacó mil sueños.
La que traza el plano de la alegría
con tintas dulces y agua,
con caracoles azules,
con piedras pequeñas, con claveles
y algunas veces pone
nubes en trozos,
pedazos de tierra,
montañas,
lluvias,
colores,
islas desiertas.
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